La carbonización de la superficie de la madera para protegerla es una técnica japonesa de hace siglos llamada Shou Sugi Ban, que significa "tablones de cedro quemados".

Se ha utilizado en Japón durante mucho tiempo, al menos hasta que las modernas técnicas de preservación y acabado de la madera suplantaron este método tradicional.

Sin embargo, como sucede a menudo, incluso en la arquitectura hay una tendencia a redescubrir técnicas antiguas que se consideran más respetuosas con el medio ambiente, y la técnica Shou Sugi Ban también está ganando nuevos admiradores y está siendo reconsiderada fuera de Japón.

Originalmente, los carpinteros japoneses buscaban un método que les permitiera preservar la madera a lo largo del tiempo y darle un acabado único y artístico. Debido al proceso de envejecimiento que sufre la madera cuando se somete al duro ambiente del agua salada -llevada por la corriente- al sol, la madera japonesa siempre ha sido apreciada por su aspecto único y su larga vida.

Este proceso de envejecimiento natural, sin embargo, tenía como límite el hecho de que era largo, mientras que la demanda de madera tratada crecía constante y rápidamente. Los maestros japoneses decidieron entonces perfeccionar otra técnica en la que el fuego se convirtió en el factor dominante. En Shou Sugi Ban, el fuego no daña sino que preserva (o mejor dicho, preserva dañando), mientras que al mismo tiempo le da a la madera el acabado que los constructores y artesanos japoneses buscaban.

La práctica de la carbonización del Sugi (Cryptomeria japonica), llamada comúnmente "cedro japonés" en los Estados Unidos, se ha hecho común en Japón al menos desde el siglo XVIII, y probablemente incluso antes.

Sin embargo, en los últimos 50-100 años, la práctica ha caído en desgracia en Japón debido a la llegada de los modernos revestimientos de plástico y cemento, u otras formas de acabado.

Además, la madera en el Japón ha sido durante mucho tiempo un material cada vez menos disponible, tanto que la mayor parte de ella tuvo que ser importada, lo que aumentó considerablemente su costo.

A principios de la década de 2000, Shou Sugi Ban fue redescubierto, primero en Japón, y luego rápidamente ganó la atención de arquitectos y diseñadores en Europa y América del Norte, y comenzó a lucirse en casas y edificios de diseño personalizado.

En los últimos años su uso ha explotado realmente, por las mismas razones por las que fue popular en Japón hace cientos de años; sin embargo, los costos, la búsqueda de la continuidad de la coloración, la industrialización y la sensibilidad desarrollada por los arquitectos hacia el medio ambiente, han hecho de Shou Sugi Ban una técnica anticuada.

Originalmente, la práctica de carbonizar la superficie de los tablones de madera requería mucho trabajo e incluso se puede decir que

era una auténtica técnica de meditación Zen, por la forma en que se realizaba.

Hoy en día podemos utilizar instrumentos más rápidos que nos permiten obtener el mismo resultado estético, respetando el acabado tradicional gracias a la tecnología desarrollada por CRS Molteni Vernici llamada "Madera Carbonizada™ Orgánica".

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Su carácter cálido y la suavidad de su textura hacen de este acabado un verdadero aliado para los profesionales, ya que tiene la capacidad de transformar cualquier objeto de uso cotidiano en una verdadera obra maestra protagonista de cualquier entorno.

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